En Memoria de El Honorable Don Carlos

Por: Rey A. Collazo

Aquel que luchó contra las lunas llenas.
En la última vez, me pidió que las protegiera.
Hoy la luna llena, se ha hecho un fuerte guerrero
y fue a buscar el alma de este caballero.

Al caballero ver, que su proposito terminó
quiso hacer ver, que podía luchar sin determinación.
A la raíz de este tronco,
la noche cortó,
cayendo indefenso
antes de que el sol saliera.

Se rindió finalmente
al angel de la muerte
pero como en sus palabras dijo;
-Cuídalas y que Dios te bendiga-

Con su mano en mi hombro
y la mía en la de él,
sabíamos más o menos lo que hiba a suceder.
Con su mirada me dijo;
"No lo dejes saber"-
pues no es seguro al anochecer...

Naturaleza Muerta en Situaciones Desprevenidas

Por: Rey A. Collazo

Naturaleza pura
cuidado sin importancia
horas de descuido,
vida sin sentido.

Lluvias de ignorancia,
llantos de una siniestra era.
El mar rico por el oro negro,
sin pensar en los peces que están muriendo.
La vida se nos acaba,
no está en nuestra conciencia.

Desiertos helados,
lagos evaporados,
países enteros
se quedan sin destellos,
sin belleza.
La naturaleza se seca
y el aire ya nos molesta.
Horas de pura muerte,
minutos de tortura,
se nos muere la naturaleza,
y al mundo no le intereza.

Naturaleza muerta,
es lo único que queda.
El pintor nos la retrata
para darnos cuenta
de nuestra propia matanza.
Andamos sin pulmones,
hablamos sin mente,
y actuamos sin cabeza.
Al final, lo que nos queda
se desaparecerá,
y junto a ella
la raza humana se esfumará.

El Cambio del Destino

Por: Rey Collazo

La historia que pasará,
ha sido cambiada,
los rumores del universo
cambiaron como En LaS lETRas de este versO.

Algo no era normal,
no hay sentido.
Era algo inconcluso,
por breves segundos.
Segundos que cambiaron una vida,
la vida que cambiará el mundo
y el planeta que cambió el universo,
cambiará una vez más
el espacio y tiempo.

Y pensar que solo fue una decisión,
hecha por la persona elegida en ese momento.
Es la rueda del Destino,
la repetición de lo ocurrido,
vez tras vez,
en otra vida
con la misma alma.

Recuerdos de la Muerte

Por: Rey A. Collazo

Ojos ardiendo de furia y agotación
en su alma, no hay pasión.
Sólo el destello de un anillo,
el recuerdo de su rostro.

No hay reflejos, donde mirarse.
La mujer, perdida en la isla
que perdición aísla
esta historia, de la vereda
de la tristeza.
Ella camina por la arena,
mientras luceros suelta.
Tristeza invocada
por el universo del mar,
mientras sus pisadas deja en la arena.
Estrellas dejan de brillar,
al caer en el suelo absorbente
de los pensamientos en la mente.
Su espíritu desaparece,
en el mundo incoherente.

Su corazón, ya congelado por el frío de la tristeza,
de la nobleza ni un pelo,
de la inocencia un cero
sólo el pentagrama y su biblia.

Una biblia no cristiana
con mejor filosofía,
a Dios desafía con gran valentía.
Hecha por la soledad abrazada
de tristeza internada
ya es llamada magia.

Ella hecha piedra
en la arena persistió
no pudo aguantar,
y con un filo se cortó la yugular.
Sangre palpitante
mareo incesable
de la murte y putrefacción.
Un nuevo mar nació!
Un rojo escarlata
petróleo emposado, sin arder,
con desembocadura
a las olas rudas.
Guardianes de las llanuras,
llevense mi armadura!
Decía sin cesar,
gritaba sin pensar
en el mundo astral
de la inmortalidad.